Habíamos estado 3 días en la ciudad de Arequipa, aunque no planeamos quedarnos tanto en este sitio, nos sirvió para conocer maravillas como el Monasterio de Santa Catalina, el Convento La Recoleta y el Santuario de la Virgen de Chapi. Era el momento de dirigirse al Cañón de las Maravillas. Por lo general siempre hay pasaje a Cotahuasi del Terrapuerto, pero en época de fiesta, estos escasean y suben de precio. Encima para nuestra mala suerte solo habia asientos en la ultima fila del bus, aunque esto no nos desanimo y pensábamos que no iba a haber tanta diferencia con los asientos de más adelante. Salimos a las 7 pm de Arequipa y al sentarnos nos dimos cuenta del terrible error, los últimos asientos no se reclinaban y pasando Chuquibamba (que es mitad de la ruta) todo el camino estas saltando en tu asiento. Fue imposible dormir, incluso fue imposible sentirse cómodo. Los vidrios, cuando pasas por lugares de mucha altura se empañan producto de la condensación y empieza a gotear mucha agua que mojan el asiento y la ropa. Suena exagerado pero puede ser bastante molesto intentar dormir asi. Llegamos a las 4 am a Alca y nuestras espaldas estaban casi destruidas. Ya habíamos contactado con Gonzalo para que nos hospede en su casa vivencial ubicada en la plaza, fuimos a descansar y reposar por algunas horas.
Luego de dormir algo, al despertar y salir a la calle nos dimos cuenta que los cerros que no son tan altos (4200 msnm) estaban completamente blancos, raro que suceda esto siendo agosto (el mes más seco), ¡el clima definitivamente esta alterándose!. Salimos a caminar por las inmediaciones del pueblo. Alca conserva ese estilo colonial que se aprecia en sus balcones, una plaza tranquila rodeada de cedros y gente que te saluda todo el tiempo. Un sitio de buenas costumbres y que se diferencia mucho de las ciudades, por la serenidad que se respira. Los paisajes que rodean el pueblo son increíbles y la Pachamama esta cubierta de hermosa vegetación y los apus poseen andenes muy antiguos. Al regresar a la casa vivencial Didis, nos dimos cuenta que de lo acogedor y atractivo que es quedarse en este lugar. Un sitio ecológico donde hay muchos animales, arboles frutales, pequeñas huertas, colmenas, muchos panales de abeja. En definitiva es un sitio recomendado para olvidar el estrés de la ciudad. Luego para medio día nos alistamos para ingresar a misa.
Tener este amanecer todos los días ¿Como no disfrutarlo?
Un pequeño paraíso para los animales
La huerta y las colmenas de abejas
Las Mascotas de la Casa Didis
En esos días se celebraba en Alca la fiesta de la Mamacha Asunta, que es como le dicen a la Virgen de la Asunción, patrona del pueblo. En el día central, todo mundo va a misa con la mejor ropa que tiene, que por lo general ¡son ternos de saco y corbata!... ya que esta muy mal visto que ingreses a la iglesia sin vestirte de gala, asi que si piensas ir con ropa muy sport a la misa, pues no te sorprendas si la gente te mira de forma extraña, es que no te estas adecuando a las costumbres.Las campanadas avisan a todos en el pueblo que esta por iniciarse la ceremonia religiosa y la Iglesia de San Pedro se llena rápidamente. Dentro de la Iglesia no solo esta la virgen de la Asunción, sino también encuentras a la Virgen del Carmen y San Pedro.
Al terminar la misa sigue la tradicional procesión, en el que todo mundo acompaña a hacer el recorrido por la plaza y las calles del pueblo. Mientras la virgen hace el recorrido la gente reza y canta con total fe y devoción. Luego de eso la gente celebra bailando y tomando en la casa del mayordomo.
En la tarde habría fiesta gastronómica con platos hechos con productos de la zona, además se armarían grandes castillos y un escenario para lo que todo el mundo esperaba: La gran velada bailable. Teníamos todas las ganas de divertirnos y lo hicimos hasta cierto punto, porque gozamos de los castillos que estuvieron muy buenos y que siempre trae alegría a pueblos andinos como Alca. En un momento pensamos que la fiesta podría estropearse cuando el fuego artificial incendio uno de los arboles de la plaza, pero rápidamente fue controlado y apagado. Pasamos buen rato bailando a ritmo de los grupos de huaynos y degustando algunos deliciosos platos que venden al lado de la plaza. Se veía mucha gente que habia llegado incluso desde el extranjero para celebrar y festejar en la fiesta del pueblo que los vio nacer... ¡hasta vimos mochileros extranjeros bailando!. Todo fue muy divertido pero el frío en las noches es fuerte y a medianoche nos retiramos a descansar.
Al día siguiente vendría una costumbre que tal vez no agrade mucho: Era la gran fiesta taurina. Todos van a la plaza de toros y es aquí donde si deseas ver el show tienes que ir temprano, porque los lugares para sentarse se llenan rápidamente. En un comienzo pensábamos que se trataba de bufones que tenían que escapar de los toros, pero nada más alejado de la realidad, se trata de una actividad taurina propiamente dicha, donde aparece un picador con su caballo con una larga vara de punta metálica que hiere al toro ya enojado, produciendole desgarramiento de tejidos en el lomo de la bestia. Como saben esto se hace con el fin de debilitar al animal y enfurecerlo aun más. Nunca habíamos estado en un evento así antes. El torero más tarde sale a domar a la bestia, las hemorragias del toro son fuertes y no es muy agradable ver escenas así de crudas. Los gritos del animal son tristes y desgarradores, por momentos parece como si pidiera ayuda, su respiración poco a poco se hace débil y su jadear se desfallece lentamente. Hasta que al final cae inerte al suelo después de recibir la ultima estocada del matador. Respetamos las costumbres, pero no compartimos gustos así. En fin, no estuvimos mucho tiempo viendo la actividad taurina, decidimos salir de la plaza de toros y degustar con la variada gastronomía que vendían en los alrededores. Cabe aclarar que no todos los años se realiza este tipo de actividades taurinas. Luego de esto nos fuimos a descansar un poco en nuestra habitación.
Al tercer día volvió a darse la feria taurina, pero esta vez fue muy diferente al del primer día, esta vez serian toreros aficionados que buscarían evadir al toro, no hubo ningún animal muerto y todo fue más tranquilo (menos mal, porque no teníamos intención de ver más animales sufrir). En ese momento ya estábamos con las amistades y familiares observando la actividad y pasándola bien. Nos invitaban comida de todos lados, aunque es agradable sentir el calor de la gente, nuestros estómagos ya no digerían más y estuvimos a punto de una indigestión de lo bien que nos atendían. Al cuarto día se realiza el Kirqui, que algo asi como un pasacalle. Cada persona toma un enorme carrizo y pasea por las calles del pueblo al ritmo de la banda. No sabemos bien como funciona esto, pero el punto es que mientras pasean bailando por las calles la gente se golpea con los demás con los enormes carrizos. Es básicamente como una actividad de clausura, ya que después de esto todo mundo toma el bus de regreso a Arequipa.
El Kirqui
Es bastante interesante la fiesta y la gente te acoge como si fueras del mismo pueblo. No sabemos si regresamos más adelante a esta festividad, pero la pasamos muy bien y nos llevamos muy gratos recuerdos de esta impresionante tierra.
DATOS INTERESANTES
- En la plaza están la mayoría de tiendas y restaurantes del pueblo, los más conocidos son los restaurantes "El Alqueño" y "El Aycano". Tanto el almuerzo como la cena cuestan 5 soles.
- El tema del desayuno tampoco es problema, en la plaza hay puestos que venden emoliente y quinua.
- El hotel Alcalá cobra 30 soles la habitación. Cuartos bastante aceptables.
- La Casa Vivencial Didis, también ofrece acogida. Es una buena alternativa para hacer turismo vivencial. Los precios van alrededor de los 15 soles por día si es que quieren alquilar solo cuartos. Para una mejor información consultar con Gonzalo Sanchez al cel. 945337167.
- Los pasajes de Arequipa a Cotahuasi en época de fiesta están 40 soles y los buses llegan entre 3 y 5 am. Todos los buses que llegan a Cotahuasi tienen como destino final el pueblo de Alca.
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