Mayo es un mes de muchas celebraciones en diferentes regiones del Perú, una de esas actividades llamativas, pero extrañamente muy poco promocionadas, es "La Semana Turística de Nazca" o "Semana de Maria Reiche"; donde en el transcurso de 9 días se realizaron diferentes actividades artísticas, culturales y sociales.
Este año la semana turística se realizo desde el 9 hasta el 17 de mayo. Se realizaron muchísimos eventos para llamar la atención, aunque como ya dije enterarse de que tipo de eventos se trataba era difícil, porque no había información en ningún lado, o al menos en internet. Después de tanto pensar si debíamos viajar o no, para no estar con tanta incertidumbre, pues decidimos contactar a los familiares que viven allá en Nazca. Me enviaron el folleto del programa de todos los días (era la única manera de enterarse de las actividades) y así decidimos regresar una vez más por estas extraordinarias tierras. Nuestra idea era llegar el día central de la semana turística, el cual seria un sábado.
Salimos un viernes a las 10:30 p.m. de Lima, para dormir toda la noche, y el sábado a las 5:30 a.m. ya estábamos en Nazca. A esa hora es fresco el ambiente, el amanecer allá es una extraña sensación muy agradable (tal vez por ser desértico), las primeras luces del alba forman un paisaje surrealista, un color de cielo muy particular con poca nubosidad y que ofrece una percepción futurista; sin duda alguna un amanecer que no vemos en Lima.
Luego de descansar un poco salimos a conocer un poco más de Nazca, eran las 10:00 a.m. y decidimos ver lo que antes en visitas anteriores no habíamos tenido tiempo de hacerlo. Pero antes de salir a conocer, nos quedamos un rato en las calles del centro, viendo un pasacalle de la antesala de lo que seria el Yacu Raymi. Pasaban danzando con el curaca de Nazca, su esposa a la cabeza y más atrás venían los indígenas del hatun runa con quenas y vestimenta muy colorida.
El pasacalle estuvo muy entretenido, le pusieron mucha energía y estuvo bien representado, aunque no era mucha la gente que salia a verlos (debido al fuerte calor) pero fue un buen indicio del gran show que veríamos por la tarde. Luego pensamos por donde empezar a conocer las zonas interesantes de Nazca y nuestro primer objetivo seria la Necrópolis de Chauchilla. Contactamos con un amigo que trabaja de taxista por allá, acordamos el precio y en rumbamos el camino. Salimos al sur de Nazca por la Panamericana hasta llegar al pequeño poblado de Poroma, ahí tomamos un desvío, una trocha carrozable que sube por el valle del río Las Trancas hasta arribar un pequeño puesto donde venden tickets de ingreso a las Necropolis. A esas horas de la mañana, el día es bastante caluroso y el sol no perdona, felizmente al lado de la boletería existe una pequeña tienda donde puedes comprar algo para tomar; es que a pesar de no caminar grandes distancias, ni siquiera algunos kilómetros, la deshidratación es fuerte y necesitas agua en todo momento.
Necropolis de Chauchilla
Luego de pagar las entradas, iniciamos el recorrido por cada necrópolis (son 12), las momias están en muy buen estado, algunas personas relacionan las momias con la cultura Nazca, otros lo hacen con la cultura Wari, lo cierto es que falta un poco más de estudios para determinar su origen. Su gran conservación en gran medida se debe a lo desértico que es la zona; es el único lugar en el Perú donde se puede ver las momias en su lugar original.
Cada necropolis esta bajo en espacios cuadrangulares con muros de adobe, se les observa aun sus enormes trenzas. Es increíble observar como desafían el tiempo y se mantienen en perfectas condiciones; pensar que fue gracias a los saqueadores de tumbas que este lugar fue descubierto, si no hubiera sido por ellos, este lugar hubiese pasado desapercibido por mucho tiempo. Incluso hasta hoy en día en los alrededores se ven muchos huesos y cerámicas esparcidas producto de estas terribles profanaciones.
En Perú tal vez no estamos tan impactados por ver momias, porque se nos hace algo común. Pero pensando con más detenimiento, es algo sorprendente tener un cementerio así a la vista del público, estos personajes han estado de este modo por al menos 1000 años, siendo testigos silenciosos de como pasa el tiempo. Existe todo tipo de momias en las necropolis, incluso se observan cuerpos de niños y recién nacidos. Todos están ahí de cuclillas con sus cerámicas, donde se observa mazorcas de maíz sin granos, que les servían para el inicio de su otra vida. Al terminar de ver las tumbas, entramos al pequeño museo de sitio que se ubica al lado de la taquilla, es un museo muy pequeño donde se observa un par de momias más. Luego de esto regresamos a Nazca a almorzar.
En Nazca, luego de comer bien y descansar un poco, nos dirigimos hacia los acueductos de Achaco (nunca antes habia escuchado hablar de ellos), es en este lugar que se celebraría el Yacu Raymi o fiesta del agua; años anteriores se habia celebrado en los acueductos de Orcona, pero este año decidieron cambiar el escenario.
Acueductos de Achaco
Salimos con dirección norte por la Panamericana en busca de los mencionados acueductos, estos se encuentran atrás del grifo de Petroperu. Achaco era una gran hacienda, pero ahora es un pequeño anexo. Habían muchos puestos de comidas y bebidas, el sol seguía siendo inclemente, pero aun así comenzaba a llegar mucha gente, decidimos recorrer los alrededores y observamos asombrados la maravilla lograda por los Nazcas. Estos acueductos son muy largos, en su extensión existen una especie de ojos laterales a los canales, de los cuales brotan agua totalmente limpia y a sus alrededores hay muchas palmeras y arboles de huarango de cientos de años.
Mientras contemplábamos los acueductos, llegaron los actores que hacían la representación artística, llegaban felices y danzando con mucha gente en esos momentos en los alrededores apreciando la gala. Se dirigieron hacia el final de los acueductos y comenzaron a hablar en quechua. No entendimos mucho lo que decían, pero se notaban algunas frases conocidas como: ¡Chaymi Yacu Raymi!...¡Kausachun Nazca!.
El espectáculo duro alrededor de media hora, los músicos llenaban de mística el entorno, la gente se aglomeraba más y más; el curaca dio un discurso en quechua y recibió las ofrendas de sus plebeyos y luego se prepararlas, las entrego al agua ante el aplauso de todos los asistentes. Al retirarse se dirigen todos a donde el camino es más amplio y el señor de Nazca sube a su litera y se dirigen aun descampado acompañado de todo su séquito. En el descampado hacen bailar a todos en un redondela; baile del que incluso participa el alcalde de Nazca. Al final todos acaban satisfechos por lo que se mostró, algunos se quedan en Achaco para disfrutar de la comida y bebida que venden, otros optan por regresar a Nazca.
Mirador Metálico de Nazca
Finalizado el Yacu Raymi, nos dirigimos hacia el mirador metálico de Nazca, ubicado a un lado de la Panamericana Sur, en pleno desierto antes de llegar a la ciudad. Aquí tras pagar un par de soles por persona subimos a esta torre metálica. Desde aquí se pueden observar claramente dos figuras como lo son las manos humanas y el árbol, además de muchísimas lineas que cruzan en una y otra dirección, algunas incluso parecen autopistas por lo bien delineadas que están.
La tarde ya caía y la noche se hacia presente. Regresamos a la ciudad a esperar la oscuridad del crepúsculo y nos trasladamos hacia "Los Paredones" que se ubican cerca (1 km aproximadamente) a la intersección de la carretera Interoceanica con la Panamericana Sur. Estas ruinas fueron un centro que en sus inicios se pensó que se trataba de un simple tambo real incaico, pero después se llego a la hipótesis que era el centro administrativo del valle de Nazca, donde el representante del Inca ejercía sus funciones y dominaba todo el valle. Tiene una antiguedad de 700 años. Ingresar a este lugar es fácil y esta al lado de la carretera Interoceanica.
Este año la semana turística se realizo desde el 9 hasta el 17 de mayo. Se realizaron muchísimos eventos para llamar la atención, aunque como ya dije enterarse de que tipo de eventos se trataba era difícil, porque no había información en ningún lado, o al menos en internet. Después de tanto pensar si debíamos viajar o no, para no estar con tanta incertidumbre, pues decidimos contactar a los familiares que viven allá en Nazca. Me enviaron el folleto del programa de todos los días (era la única manera de enterarse de las actividades) y así decidimos regresar una vez más por estas extraordinarias tierras. Nuestra idea era llegar el día central de la semana turística, el cual seria un sábado.
Salimos un viernes a las 10:30 p.m. de Lima, para dormir toda la noche, y el sábado a las 5:30 a.m. ya estábamos en Nazca. A esa hora es fresco el ambiente, el amanecer allá es una extraña sensación muy agradable (tal vez por ser desértico), las primeras luces del alba forman un paisaje surrealista, un color de cielo muy particular con poca nubosidad y que ofrece una percepción futurista; sin duda alguna un amanecer que no vemos en Lima.
Luego de descansar un poco salimos a conocer un poco más de Nazca, eran las 10:00 a.m. y decidimos ver lo que antes en visitas anteriores no habíamos tenido tiempo de hacerlo. Pero antes de salir a conocer, nos quedamos un rato en las calles del centro, viendo un pasacalle de la antesala de lo que seria el Yacu Raymi. Pasaban danzando con el curaca de Nazca, su esposa a la cabeza y más atrás venían los indígenas del hatun runa con quenas y vestimenta muy colorida.
El pasacalle estuvo muy entretenido, le pusieron mucha energía y estuvo bien representado, aunque no era mucha la gente que salia a verlos (debido al fuerte calor) pero fue un buen indicio del gran show que veríamos por la tarde. Luego pensamos por donde empezar a conocer las zonas interesantes de Nazca y nuestro primer objetivo seria la Necrópolis de Chauchilla. Contactamos con un amigo que trabaja de taxista por allá, acordamos el precio y en rumbamos el camino. Salimos al sur de Nazca por la Panamericana hasta llegar al pequeño poblado de Poroma, ahí tomamos un desvío, una trocha carrozable que sube por el valle del río Las Trancas hasta arribar un pequeño puesto donde venden tickets de ingreso a las Necropolis. A esas horas de la mañana, el día es bastante caluroso y el sol no perdona, felizmente al lado de la boletería existe una pequeña tienda donde puedes comprar algo para tomar; es que a pesar de no caminar grandes distancias, ni siquiera algunos kilómetros, la deshidratación es fuerte y necesitas agua en todo momento.
Necropolis de Chauchilla
Luego de pagar las entradas, iniciamos el recorrido por cada necrópolis (son 12), las momias están en muy buen estado, algunas personas relacionan las momias con la cultura Nazca, otros lo hacen con la cultura Wari, lo cierto es que falta un poco más de estudios para determinar su origen. Su gran conservación en gran medida se debe a lo desértico que es la zona; es el único lugar en el Perú donde se puede ver las momias en su lugar original.
Cada necropolis esta bajo en espacios cuadrangulares con muros de adobe, se les observa aun sus enormes trenzas. Es increíble observar como desafían el tiempo y se mantienen en perfectas condiciones; pensar que fue gracias a los saqueadores de tumbas que este lugar fue descubierto, si no hubiera sido por ellos, este lugar hubiese pasado desapercibido por mucho tiempo. Incluso hasta hoy en día en los alrededores se ven muchos huesos y cerámicas esparcidas producto de estas terribles profanaciones.
En Perú tal vez no estamos tan impactados por ver momias, porque se nos hace algo común. Pero pensando con más detenimiento, es algo sorprendente tener un cementerio así a la vista del público, estos personajes han estado de este modo por al menos 1000 años, siendo testigos silenciosos de como pasa el tiempo. Existe todo tipo de momias en las necropolis, incluso se observan cuerpos de niños y recién nacidos. Todos están ahí de cuclillas con sus cerámicas, donde se observa mazorcas de maíz sin granos, que les servían para el inicio de su otra vida. Al terminar de ver las tumbas, entramos al pequeño museo de sitio que se ubica al lado de la taquilla, es un museo muy pequeño donde se observa un par de momias más. Luego de esto regresamos a Nazca a almorzar.
¿El grito?
En Nazca, luego de comer bien y descansar un poco, nos dirigimos hacia los acueductos de Achaco (nunca antes habia escuchado hablar de ellos), es en este lugar que se celebraría el Yacu Raymi o fiesta del agua; años anteriores se habia celebrado en los acueductos de Orcona, pero este año decidieron cambiar el escenario.
Acueductos de Achaco
Salimos con dirección norte por la Panamericana en busca de los mencionados acueductos, estos se encuentran atrás del grifo de Petroperu. Achaco era una gran hacienda, pero ahora es un pequeño anexo. Habían muchos puestos de comidas y bebidas, el sol seguía siendo inclemente, pero aun así comenzaba a llegar mucha gente, decidimos recorrer los alrededores y observamos asombrados la maravilla lograda por los Nazcas. Estos acueductos son muy largos, en su extensión existen una especie de ojos laterales a los canales, de los cuales brotan agua totalmente limpia y a sus alrededores hay muchas palmeras y arboles de huarango de cientos de años.
Mientras contemplábamos los acueductos, llegaron los actores que hacían la representación artística, llegaban felices y danzando con mucha gente en esos momentos en los alrededores apreciando la gala. Se dirigieron hacia el final de los acueductos y comenzaron a hablar en quechua. No entendimos mucho lo que decían, pero se notaban algunas frases conocidas como: ¡Chaymi Yacu Raymi!...¡Kausachun Nazca!.
El espectáculo duro alrededor de media hora, los músicos llenaban de mística el entorno, la gente se aglomeraba más y más; el curaca dio un discurso en quechua y recibió las ofrendas de sus plebeyos y luego se prepararlas, las entrego al agua ante el aplauso de todos los asistentes. Al retirarse se dirigen todos a donde el camino es más amplio y el señor de Nazca sube a su litera y se dirigen aun descampado acompañado de todo su séquito. En el descampado hacen bailar a todos en un redondela; baile del que incluso participa el alcalde de Nazca. Al final todos acaban satisfechos por lo que se mostró, algunos se quedan en Achaco para disfrutar de la comida y bebida que venden, otros optan por regresar a Nazca.
Mirador Metálico de Nazca
Finalizado el Yacu Raymi, nos dirigimos hacia el mirador metálico de Nazca, ubicado a un lado de la Panamericana Sur, en pleno desierto antes de llegar a la ciudad. Aquí tras pagar un par de soles por persona subimos a esta torre metálica. Desde aquí se pueden observar claramente dos figuras como lo son las manos humanas y el árbol, además de muchísimas lineas que cruzan en una y otra dirección, algunas incluso parecen autopistas por lo bien delineadas que están.
La tarde ya caía y la noche se hacia presente. Regresamos a la ciudad a esperar la oscuridad del crepúsculo y nos trasladamos hacia "Los Paredones" que se ubican cerca (1 km aproximadamente) a la intersección de la carretera Interoceanica con la Panamericana Sur. Estas ruinas fueron un centro que en sus inicios se pensó que se trataba de un simple tambo real incaico, pero después se llego a la hipótesis que era el centro administrativo del valle de Nazca, donde el representante del Inca ejercía sus funciones y dominaba todo el valle. Tiene una antiguedad de 700 años. Ingresar a este lugar es fácil y esta al lado de la carretera Interoceanica.
Ruinas Los Paredones
Para esta oportunidad, este centro arqueológico tendría un plus especial, estaría iluminado todo el complejo, así que sin perder tiempo fuimos al punto y tomamos las respectivas fotos. Aun este lugar esta en restauración, pero se puede apreciar el estilo Inca y la importancia que debió haber tenido en su momento. Muy cerca de aquí se levanto un escenario donde tocaban grupos de música folclórica instrumental, que realmente estaba muy bueno. Nos quedamos escuchando un rato, luego de eso decidimos regresar a Lima satisfechos, no habíamos visto todo lo que la semana turística ofrecía, pero lo poco que contemplamos nos dejo complacidos.
La semana turística, es uno de los eventos más interesantes de la zona, que los visitantes deben aprovechar al máximo; ya que hubo toda serie de actividades como paseos en tubular gratuitos en las dunas de Usaca, precios económicos para volar en avionetas, campeonato de motocross, etc. Sin duda Nazca es un sitio para quedarse varios días recorriendolo y nosotros volveremos en el futuro a esta tierra llena de misterios.
- Pasaje en Flores Hnos directo de Lima a Nazca (bus cama a las 10:30 pm) sin paradas esta S/50.00 y lo hace en 7 horas. Servicio aceptable y en un tiempo razonable.
- Los hospedajes con servicios básicos están en un promedio de 40 a 50 soles, la mayoría se ubican en el ovalo y en el Boulevard de Nazca
- En Nazca los tours tienen precios muy altos, la mayoría de personas contrata taxi para llegar a los puntos interesantes, por ejemplo una carrera ida y vuelta a Cahuachi esta normalmente S/50.00; lo mejor es que lo puedes hacer entre 4 personas.
- El ingreso a la necrópolis de Chauchilla es esta S/ 8.00 y toma alrededor de 30 minutos recorrerlo.
- El ingreso a la necrópolis de Chauchilla es esta S/ 8.00 y toma alrededor de 30 minutos recorrerlo.
- Nazca no tiene muchos restaurantes para elegir, nosotros voy al Rico Pollo", esta en la calle Lima 190, tiene todo lo que es parrillas y frituras, buena comida. Telf (056) 524126 - (056) 521151.
- No hay un tour o servicio que te lleve a ver el Yacu Raymi, lo único que puedes hacer es ir en tu propia movilidad o en taxi.
- Para el mirador metálico, también lo mejor es contratar taxi o irse en Soyuz. Para llegar a las ruinas Los Paredones con un taxi basta, es muy cerca y la entrada es gratis.
